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Alberto Escolar



José Alberto Escolar  nació en Burgos en el año 1943. Se trasladó a Alicante en el año 1990; entre otros, por motivos laborales, no tuvo relación con aspectos culturales hasta que se jubiló en el año 2010.
Su primera inquietud fue la pintura al óleo, presentó cuadros en distintas exposiciones: Asociación Artistas Alicantinos, Corte Ingles, Aula cultural Caja Municipal, Diputación, Diario Información y otros.
Es de destacar la exposición, como único pintor, titulada Toros y Caballos en el campo.
En el año 2011 se inicia en la poesía, bajo el prisma de autor y rapsoda; actuó en 150 recitales.
Tiene escrito un libro de poemas, pendiente de publicar.
Es autor de las obras Susurros de Al-Ándalus y Esencias de Oriente, que presumen de ir acompañadas con música, cantes, danzas y poemas.
Otra de sus facetas, a destacar, es su lucha contra la corrupción desde el año1992; las cuales, le causaron múltiples perjuicios personales, difamatorios, profesionales, culturales, boicots y económicos.
En este último aspecto fue presentado y denunciado ante organismos internacionales: en España, Bruselas y Estrasburgo; en cuanto a criminal acoso judicial, extrajudicial y político basado en resoluciones y sentencias injustas.
Finaliza esta primera obra y anuncia la segunda con nombres y apellidos.

Su libro
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Denunciar la corrupción en aspectos de la vida actual.

 

Desde los recuerdos, a los que alcanzan mi memoria, y por hechos narrados e historiados, la raza humana se halla inmersa en ansia de poder y riqueza. Aspiraciones legítimas, cuando corresponden a esfuerzos realizados dentro de la legalidad, rectitud y respeto a derechos del prójimo.

Mas no por ello y cuando los objetivos son alcanzados de forma indigna, las mentes de quienes así lo han conseguido, resultan propicias para la corrupción. Por ello, el rico abusa impunemente del pobre; el poderoso del débil y el soberbio del bondadoso.

En ambientes costumbristas y de pueblo llano, se desarrolla el contenido literario de la presente obra. Hace referencia a determinadas profesiones de arte o cultura, más como tópico que utopía y, que de llegar a triunfar en las mismas, aparejados llevan rangos y prestigios sociales de contrarias opiniones.

En una breve pincelada dejamos constancia de obligaciones, que de forma injustificada son asignadas en razón de sexo, sin tener en cuenta debilidades físicas y, en ocasiones, como un signo más de abuso hacía nuestros semejantes.

En la presente obra, basada principalmente en hechos reales, son refrendados los aspectos que indicamos; por ejemplo: la figura protagonista que ejerce de Piyayo. (Anciano gitano que pedía limosna para mantener a sus nietos que, sin serlo por parentesco, de esta manera fomentaba realmente el amor hacia el prójimo) .

Víctima de personas, por ansias de riqueza y sin respeto a las leyes, y de la justicia que, en ocasiones, forma  parte de la corrupción, favoreciendo con total impunidad al rico, poderoso y soberbio. Estos son compensados, indirectamente, con riquezas y directamente con poderes, con los que construyen tramas mafiosas para cubrir y amparar contingencias futuras.

A las víctimas, inocentes de tales atropellos y que normalmente son personas de sencillez intelectual, no les queda otra opción que involucrarse en sus propios valores personales; es decir, hacia el arte, en base a dos premisas: una para evadirse espiritualmente del acoso de los que se ven sometidos; la otra, como única medida a su alcance, con la que, con vana ilusión, desean salir del túnel en que se hallan inmersos. Esto resulta, en ocasiones, ser peor remedio que la enfermedad, por los peligros y riesgos que enclavan dichas profesiones.

Pero no solo hasta ahí llega el alcance y persecución de los responsables de tales atropellos; pues, a sus víctimas, seguirán boicoteándolas y acosándolas para impedir que puedan conseguir el poder y los medios con que liberarse de dominios opresores; los cuales, les permitiría sacar a la luz y denunciar actuaciones que, delictivamente, deberían ser juzgadas como hechos punibles y graves.

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