Es un hombre maduro, con intensas cicatrices en sus vivencias de todo tipo y a todos los niveles.
Es ahora cuando, quizá por eso, de que… la edad hace la serenidad, que escribe más en serio a cómo lo hacía en su juventud, con la intención de desgranar en algunos de sus libros la fantasía que saca de sus más recónditos pensamientos.
Personaje inquieto, aventurero, polifacético, investigador de vivencias y un largo etc. Estas cualidades le llevaron a trabajar en el cine, teatro, televisión, salas de fiestas, compañías de revistas. 
También fue colaborador de varias publicaciones en cualquier faceta que tuviese algo de innovador o bohemio en el ámbito cultural, festivo o artístico; sin olvidar otros trabajos menos «mundanos», como él mismo dice, con los que se ganaba el pan de cada día.