¡Buenas! Hoy voy a tratar de explicaros cómo se aplican los diálogos. Muchas personas me han dicho que querían aprender.
Para los diálogos usaremos la raya (—), tanto para abrirlos como para los incisos. La raya marcará la intervención de cada interlocutor. Y cada vez que habla un personaje, se hace punto y aparte.
—Hola, Manuel. —Hola, Mateo.
—Hola, Manuel.
—Hola, Mateo.
Inciso: aclara y especifica la oración sin afectarla. En este caso, lo usaremos para explicar las acciones que realizan los personajes en los diálogos.
—Me gustas —dijo Marta con una sonrisa.
—No te quiero ver más. —Antonio golpeó la mesa y escupió al suelo.
Si sigue hablando el mismo personaje, lo hará después del inciso. Las rayas que abren y cierran el inciso van pegadas a este.
—Me voy de compras —dijo mi prima—. ¿Quieres que te traiga algo? —Nunca se había preocupado tanto por mí—. Ya veo, pasas de mí...
—A veces —vociferó para que le escuchase—, quién ya sabe me pone de los nervios. —Tenía que hacer algo, se refería a mí—. ¡Mírame!
Como habréis visto, algunos incisos empiezan en minúscula y otros en mayúscula. Los incisos que usan verbos dicendi empiezan en minúscula; incluso si el personaje exclama o pregunta. Los verbos dicendi o verbos declarativos del habla especifican que la acción sale de la voz del personaje; o sea que habla, dice, grita, murmura, susurra, etc. Porque no es lo mismo advertir o avisar de algo que puede pasar, que percibir o advertir un suceso.
—¡Mamá! —le advertí—. Viene un camión, no cruces la carretera.
—Mamá. —Advertí peligro en su mirada—. ¿Estás bien?
Para no liarlo más, paramos aquí. Dime si te ha servido de ayuda e intenta poner algún ejemplo. Si veo que os sirve, haré la segunda parte. Un saludo y gracias.
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